MÚSICA | Concierto de Rock in Rio
La cantante Beyoncé y sus bailarinas durante el concierto de Rock in Rio en Brasil. | Efe/Tomado de Elmundo.es
La cantante ofreció un espectáculo, lleno de sensualidad y energía
El DJ francés David Guetta no logró conectar con el público carioca
Germán Aranda | Río de Janeiro
Actualizado sábado 14/09/2013 03:14 horas
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Pese a las alturas del éxito desde donde
Beyoncé contemplaba a la gran masa entregada en Rio de Janeiro, la gran
musa pop no parece aturdida por el éxito. Se contonea y dispara su
chorro de voz con la seguridad y la convicción de ser una de las
estrellas con más poder de convocatoria del mundo, pero agradece –"para
mí es un sueño estar ante vosotros"- y se entrega con la sinceridad de
quien actúa por primera vez.
Ante 75.000 personas en la apertura el
Rock in Rio, que retumbará hasta el domingo con hits de megabandas y
músicos de masas (Muse, Justin Timberlake, Metallica, Iron Maiden, Bon
Jovi, Bruce Springsteen, entre otros), Beyoncé reinó con el espectáculo
de su gira 'Mrs Carter', cuyo nombre debe a su reciente boda con Jay-Z,
que se llama Shawn Corey Carter.
Entre enormes pantallas, ágiles
bailarinas e inmediatos cambios de atuendo desde lo más sofisticado
hasta lo más simple pero igualmente atractivo (acabó en shorts y
camiseta blanca), Beyoncé llenó de hits el recinto provocando delirios
de cintura en temas como Single Ladies o Crazy in Love.
Beyoncé, en otro momento de su aclamada actuación. | Reuters
Beyoncé, en otro momento de su aclamada actuación. | Reuters
Además, se guardó dos sorpresas que
dejaron un inolvidable sabor de boca final: un cierre con homenaje a
Whitney Houston cantando el 'I will always love you' que la difunta
cantante inmortalizó en ‘El Guardaespaldas’ y acabó con 'O passinho do
volante', compuesto por Mc Federado, uno de los grandes éxitos del funk
carioca, música con simple base electrónica y ritmo primitivo y sexual
nacido en las favelas de Rio de Janeiro.
Precisamente, al lado de la Ciudad del
Rock (que se convertirá en Parque de los Atletas de cara a los próximos
Juegos Olímpicos), algunos habitantes de la pequeña favela Vila
Autódromo atisbaban desde fuera el guiño funk de la musa y lo agradecían
con amplia sonrisa y enérgico baile.
Situada en un punto estratégico de los
planes urbanísticos del Ayuntamiento para la nueva Ciudad Olímpica, Vila
Autódromo se resiste al desalojo y demolición mediante una férrea
oposición vecinal que trae de cabeza a las autoridades a la hora de
definir cómo meter mano en ese importante punto de Barra da Tijuca,
barrio donde se están construyendo la mayoría de instalaciones olímpicas
de la futura sede.
Quienes habían pagado la entrada
presentaban un perfil bien diferente a los espectadores de fuera, ya que
el importe de la entrada diaria ronda los 260 reales (90 euros),
prohibitivo para muchos.
La actuación de David Guetta dejó un sabor agridulce porque los altavoces no funcionaban
Convertido en un festival más de música
de masas que propiamente de rock, género que le bautizó, el Rock in Rio
es una cita de público sanote y familiar. Adolescentes y padres con sus
hijos, moderación en la circulación del alcohol (tal vez también por el
precio) y en comportamientos poco desbocados que distaron bastante, al
menos en su primera jornada, de delirios y desfases tan habituales en
festivales como los españoles FIB, Primavera Sound o Sónar.
Y eso que el preludio a Beyoncé fue
David Guetta, estrella del remix que nunca se complicó demasiado la vida
para hacer de cada tema –propio o ajeno, el mayoría de los casos- un
éxito rompepistas desde la Ibiza donde pincha frecuentemente hasta
cualquier otro rincón del mundo.
Pese a que el típico 'mazado' de Rio (si
existe la estadística, dirá que es una de las ciudades con más cachas
del mundo) vio en el concierto de Guetta la ocasión ideal para bailar
sin camiseta y con gafas de sol, el ambiente de su concierto no fue el
de una 'rave' sin fin, tal vez porque el dj tampoco consiguió conectar
cien por cien con su casi nulo espectáculo y su discutible carisma
detrás de los platos. Su actuación de David Guetta dejó un sabor
agridulce porque parte de los altavoces no funcionaban y parte de la
audiencia reclamó la falta de volumen.
Lo de Beyoncé fue otro cantar y otro bailar, desfile de reina que enamoró de inicio a fin en la jornada más pop del Rock in Rio.
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